Las aventuras de un loro y sus dueños, contada por el propio loro.
Una trama sencilla, pero llevada a la perfección por el director John Petrizzelli. Er Relajo Der Loro es un interesante y divertido viaje a través la historia venezolano, una serie de casualidades y coincidencias que nos hacen quiénes somos. No sabría si definir a la película como una comedia, ciertamente la historia tiene tintos cómicos, pero va más allá, podemos ver el sufrimiento de sus personajes, el sarcasmo de la situación, la victoria de los malos y las derrotas de los buenos.
Es bueno que haya salido una película que demuestre quiénes somos, nuestros aspectos negativos y positivos sin necesidad de ser una película violenta, oscura. Además muestra a nuestros verdaderos enemigos, aquellos vestidos de marca, con saco y corbata, que día a día nos siguen arrebatando lo que es nuestro, todo a través de la singular óptica de un narrador singular.
De verdad que quizá no haya nada negativo que decir acerca de la película, el guión es divertido, original y diferente, la película da giros inesperados y nos mantiene lo suficientemente alejados de los personales como para darles el verdadero juicio que merecen. Aparte nos unen tanto a otros que sentimos lástima o tristeza en cuestión de segundos. La variedad de personajes y de aventuras que vivimos es impresionante. La cinematografía es muy original, podemos ver preciosos paisajes, además de escenas de la historia, como las famosas escenas del "Caracazo" o las vistas de la ciudad a través de un carro, así como la famosa foto de Chávez cuando apenas llevaba un par de días de presidente con un loro en su mano.
Es una película que nos hace sentir muy venezolanos y que, con un poco de gracia, nos invita a una reflexión profunda acerca de nosotros mismos.
Una películas que todos debemos ver y que aseguro que todos amaremos y nos identificaremos... para bien o para mal.
Quienes fueron los primeros dueños de nuestro protagonista. Cuando era Empanadita.
La situación del país cambiaba de rumbo. Eso se escuchaba en la radio. En Caracas estaban todas las oportunidades.
Ramírez le ofrecía una casa a los recién llegados... ¿A cambio de qué?
Los González preferían a Rita, una antipática cacatúa, pero Leticia, la señora de servicio, una colombiana, prefería a Democracía.
Un viaje por los últimos 50 años de nuestro hermoso, pero aporreado país. Una sátira perfecta a toda nuestra cuarta república que tanto nos ha dañado... por no decir otra palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario