9/10
Se trata acerca de 2 niños huérfanos, un muchacho de unos 14 o 15 años llamado Seita y una niñita de unos 5 o 6 años llamada Setsuko, y ver cómo "sobreviven" a la guerra y sus verdaderos problemas.
Para puntuar una película de animación se toman otros aspectos, ya que no se puede tomar el factor actuación, ya que solo hay voces, y aparte la película no está traducida al español latino, así que tendrán que calarse el español de España, con traducciones a veces confusas y extrañas, tal como sucede en animés viejos; la forma de la escenografía también cambia, ya que no es escenografía cómo tal. Incluso en este tipo de películas tan reales te llegas a preguntar qué tan necesaria era hacerla un animé a la final. Si, si era necesaria hacerla animé, no veo cómo esta película pudiese mejorar en ningún aspecto haciéndola con actores, las actuaciones cambian a cómo te sientes con los personajes, y ciertamente es imposible no amar a los personajes, no odiarlos e incluso no entenderlos, sean malos o buenos, y como siempre el esfuerzo del animé por ser tan perfecto con ese estilo tan particular hace que sea una película hermosa. La banda sonora es desoladora, triste, tal como la película y es imposible no recordar la melodía y que los ojos no se agúen. El guión es fuerte, macabro y genial, la historia te la cuentan de forma perfecta y los diálogos, a pesar de la mala traducción, es sumamente fuerte y por momento descabellado, olvidando que los niños son seres humanos.
No sé bajo qué concepto recomendarles esta película. Si, le puse 9, es una película genial, pero es tan desoladora, desalmada, cruel, fuerte... aún me duele el pecho al recordarla o al pasarla por delante de mis ojos. La película tiene unos aspectos psicológicos que no puedo comentar por aquí, ya que les contaría la película, pero si lo haré después.
Esta película es una mezcla entre tristeza, crueldad y genialidad que nos presenta durante 80 minutos los verdaderos problemas de la guerra, que no tienen que ver con armas, metralletas, y ni siquiera muerte. Es la pérdida de la concepción de que somos seres humanos y vivimos en una sociedad.
ALERTA. SPOILER.
No sé qué tanto spoiler sea esto, ya que en la primera escena sabes cómo va a terminar todo. La película comienza con Seita muriendo en la miseria como un animal y reuniéndose con Setsuko, para sonreir al fin los dos juntos. El hecho que la película comience así, te dice dos cosas: que lo que viene será aún peor que la desoladora imagen de dos niños muriendo y que seguramente nadie hubiese resistido el hecho de no saber esto; lo cual trae dos consecuencias graves en la psique del espectador, la primera es que no disfrutas los pocos momentos de felicidad y la otra es que quieres que la muerte sea rápida e indolora (por lo menos la muerte que no sabes como es, la de Setsuko).
La película es devastadora, es triste, desoladora y desesperanzadora, te destruye el alma poco a poco. No sé si dar las gracias a los japoneses por hacerla tan corta o si odiarlos por quitarme cualquier vestigio de inocencia y de vida en tan solo 80 minutos.
La película ahonda los verdaderos problemas de la guerra, que no son las metralletas, los aviones y el fuego, no: son las personas y la pérdida de la inocencia, no de los niños que protagonizan esta película, sino de una nación entera. Y en esto la película si es cruel, si es fuerte. Tanto es así que nadie nunca llora las muertes que suceden en la película, esto no es lo verdaderamente triste, lo triste es cómo las personas pierden la conciencia y la capacidad de sentir algo a causa de una guerra. Tanto es así, que durante los ataques que le hacen a Japón, son las partes ligeras de la película, las partes de descanso, en estas escenas por lo menos todos están iguales por un momento, por lo menos el sufrimiento es el mismo para todos.
En una recopilación de escenas de la película está la escena de la muerte de la madre (que sólo sale durante 2 minutos en la película), cuando le dicen a Seita que deben botarla porque está llena de gusanos. La tía de los chicos que los admitió en la casa y que después los arroja a la calle como unos perros, pero aún así, la podemos excusar y hasta entender, dándonos cuenta de lo desalmados que podemos ser, de lo asquerosos que podemos ser. La escena cuando Setsuko entierra a las luciérnagas y Seita recuerda que su madre fue enterrada de una manera similar, sin honor, solo arrojando su cuerpo lleno de larvas y moscas a un quemadero. La escena caundo pillan a Seita robando comida y es golpeado y humillado sin piedad, y la piedad nunca viene ni de parte de la policía local ni de nadie. La escena cuando le dicen a Seita que su padre murió y que practicamente no tiene a nadie en el mundo, se lo sueltan así, como si nada. La escena cuando le venden a Seita la tumba de Setsuko, el vendedor le dice sonriente "si es niño es mejor, ya que hay que utlizar menos carbones y no hay muchos carbones por aquí".
Una película que seguramente te hará mejor persona, pero a cuesta de tu felicidad. :(
La película comienza con los hermanos reuniéndose después de muertos. Nada puede (ni va) a salir bien después de eso.
Esta escena representa todo lo que la película quiere decir.
Los caramelos característicos de la película fueron creados unos años después con la imagen de Setsuko.
A pesar de todas las contrariedades Seita siempre buscaba tratar de alegrarle el día a Setsuko.
"Ahora tenemos paraguas y podemos salir durante la lluvia"
"¿Por qué las luciérnagas viven tan poco?". Las luciérnagas que fueron la luz de la cueva de los hermanos.
Les voy a arruinar la vida. Está basada en hechos reales. Los amo.
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